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                  Conversaciones Esotéricas
 
                   CAPÍTULO XI: EL HOMBRE, ESTA TREMENDA INCÓGNITA
 
 En algunas de nuestras conversaciones anteriores examinamos el 
                  tema infinito de los Rayos desde el ángulo de vista de las 
                  Jerarquías espirituales o Entidades Psicológicas que se 
                  manifiestan por medio de los planetas de nuestro Sistema 
                  Solar. Utilizando el principio esotérico que estudia 
                  preferentemente los motivos originales y las Causas 
                  productoras de Energía, examinamos la expresión de los Rayos a 
                  partir de aquellos elementos cósmicos que en indescriptibles 
                  conjunciones estelares dieron vida a nuestro Sistema Solar. 
                  Fuimos descendiendo luego, siempre en la línea de nuestro 
                  estudio, desde la suprema Vida Psicológica que esotéricamente 
                  llamamos el Logos Solar, el Dios de nuestro Universo, hasta 
                  coincidir en la Vida de nuestro Logos planetario y en la de 
                  las Excelsas Individualidades que en su conjunto constituyen 
                  la Jerarquía Espiritual de nuestro planeta.
 
 Recordaran ustedes que les invité a desarrollar, ante la 
                  magnitud del estudio esotérico de los Rayos, las cuatro 
                  cualidades espirituales que constituyen los elementos 
                  dinámicos en la vida de todo ardiente y profundo investigador 
                  de las Leyes ocultas de la Naturaleza: el querer, el saber, el 
                  osar y el callar, las cuales configuran el indomable propósito 
                  espiritual, la sed de conocimiento superior, la intrepidez en 
                  el desarrollo de la acción y la humildad exquisita ante los 
                  frutos íntimos de la Revelación. Utilizando creativamente 
                  dichas cualidades y amparados por el principio de analogía, 
                  base de la sabiduría esotérica, vamos a analizar hoy al 
                  hombre, a la entidad psicológica humana, desde el doble ángulo 
                  de su íntima y profunda esencia espiritual y del de su 
                  vinculación iniciática con el principio universal de Creación 
                  que tiene el ineludible deber de revelar.
 
 El estudio oculto del proceso histórico o kármico de su vida 
                  personal nos muestran una total similitud con los hechos y 
                  acontecimientos cósmicos que concurrieron en la creación o 
                  formación del Universo, es decir, con aquella serie de 
                  conjunciones magnéticas que propiciaron el misterio de la 
                  concepción y el futuro desarrollo del Sistema Solar. Desde el 
                  ángulo de la analogía ha de haber, pues, una coincidencia de 
                  actividades diversas sujetas enteramente a la ley de evolución 
                  que, a su debido tiempo, produjeron y desarrollaron la forma 
                  física del hombre, tal como la conocemos actualmente, de la 
                  misma manera que en edades lejanísimas y escrutando 
                  clarividentemente el remoto pasado de nuestro planeta, puede 
                  contemplarse la obra de la Naturaleza con respecto a los demás 
                  Reinos y a las demás especies vivientes. Podríamos considerar, 
                  sin embargo, que todas las motivaciones psicológicas del 
                  hombre que concurrieron en la creación de su universo corporal 
                  son de orden cósmico por ser el Reino humano, tal como hemos 
                  considerado en otras varias ocasiones, el centro místico de la 
                  evolución planetaria. Así, el entero propósito de la Vida 
                  universal con respecto al hombre es producir las situaciones 
                  kármicas requeridas para su particular evolución, a fin de que 
                  ya como unidad separada, conflictiva y egoísta, o como un 
                  elemento plenamente integrado dentro del conjunto social del 
                  cual forma parte, vea siempre ante sí unas metas claramente 
                  señaladas en el devenir de la evolución total del planeta. 
                  Tales metas son: realizar un Arquetipo de perfección en orden 
                  al aspecto espiritual de su conciencia y revelar tal Arquetipo 
                  a través del tiempo. Las Razas sucesivas que irán apareciendo 
                  en el planeta son expresiones de distintos Arquetipos que los 
                  Grandes Señores Planetarios van desarrollando siguiendo las 
                  operaciones cíclicas de los Rayos que se expresan pro medio de 
                  la humanidad.
 
 Hay que tener en cuenta, sin embargo, que una cosa es la 
                  expresión física del hombre modelada por la actividad de los 
                  tres Reinos de la Naturaleza que le precedieron en su 
                  evolución y otra la expresión psicológica del mismo, cuyos 
                  orígenes se remontan a las fuentes espirituales de la más 
                  elevada trascendencia. Recurriendo como de costumbre al 
                  principio de analogía, podríamos asegurar que las causas 
                  productoras del ser humano no fueron fundamentalmente las 
                  condiciones físicas merced a las cuales los distintos Reinos 
                  inferiores iban evolucionando, sino una conjunción magnética 
                  establecida por los planetas Mercurio y Venus en una respuesta 
                  monádica por parte de Júpiter. Hay que tener en cuenta este 
                  triángulo planetario cuando estudiemos el proceso creador que 
                  trajo el hombre a la existencia, es decir, aquel poderosísimo 
                  despliegue de energías sobre la Tierra que propició la venida 
                  de los Ángeles solares, o Señores de la Mente, hace unos 
                  diecinueve millones de años. Nos referimos ya en 
                  conversaciones anteriores al proceso de la Individualización 
                  que permitió la creación del Reino humano, así como aquella 
                  anterior eclosión de energías cósmicas que hizo posible que 
                  “tomasen cuerpos de la Tierra” los grandes KUMARAS que 
                  instauraron la Jerarquía espiritual en nuestro mundo.
 
 EL PRINCIPIO CÓSMICO DE LA MENTE
 
 Bien, toda esta serie de motivaciones y el tremendo impacto 
                  producido en los éteres planetarios por aquel impresionante 
                  conjunto de energías invocadas, determinó la introducción del 
                  principio cósmico de la Mente en la conciencia embrionaria del 
                  hombre primitivo, irracional y potentemente polarizado en 
                  ciertos sectores de las Almas grupo de animales que en su 
                  totalidad constituían el Tercer Reino de la Naturaleza. No 
                  podemos entrar naturalmente en detalles acerca de lo que 
                  fueron las primeras Razas humanas, por cuanto sus formas y 
                  características expresivas se pierden en la noche de los 
                  tiempos, pero sí podemos y aún debemos estudiar al hombre en 
                  orden a su participación, una vez alcanzadas sus capacidades 
                  autoconscientes, en la gran tarea evolutiva de establecer 
                  contacto individual y social con la Gran Jerarquía de Almas 
                  Iluminadas que guía los destinos del planeta.
 
 Siendo el hombre un resultado del gran proceso creador del 
                  Cosmos, hay que considerar lógicamente que se halla 
                  virtualmente conectado con una u otra de aquellas Siete 
                  grandes corrientes de energía que llamamos Rayos. En razón de 
                  esta realidad, bueno será que recordemos lo que esotéricamente 
                  se nos dice acerca de aquella indescriptible conjunción 
                  estelar que produjo el Reino humano: “En aquel Gran 
                  Acontecimiento (el de la Individualización) estuvieron 
                  presentes tres Rayos, el Segundo, que es el del propio Logos 
                  solar, por medio del planeta Júpiter, el Cuarto por medio de 
                  Mercurio y el Quinto a través de Venus, planeta este último 
                  que por una especialísima filiación kármica es el Alter Ego de 
                  la Tierra”. Se formó así, de acuerdo con el proceso 
                  iniciático, un Triángulo de energías de Rayo, con la Tierra en 
                  el Centro, situado en un mismo plano de incidencia cósmica. A 
                  ambos lados de la Tierra estaban situados Mercurio y Venus, 
                  representando los principios de la polaridad masculina y 
                  femenina, y en el vértice superior Júpiter, representando al 
                  Sol, a la Unidad de todos los principios, actuaba de 
                  HIEROFANTE. El resultado de este proceso iniciático que se iba 
                  revelando conforme Júpiter, simbólicamente en posesión del 
                  Cetro Solar, iba enfocándolo sobre la superficie de la Tierra, 
                  fue un enaltecimiento de las cualidades superiores implícitas 
                  en los estratos más elevados del Reino animal y, como 
                  consecuencia, la introducción del principio de la Mente en sus 
                  cerebros instintivos iniciándose así el proceso superior que 
                  culminaría en la Individualización, es decir, en la conversión 
                  de una considerable cantidad de unidades avanzadas del Reino 
                  animal en seres humanos. Es así, por esta infinita proyección 
                  de energías solares incidiendo muy particularmente sobre el 
                  Reino animal que vino a la existencia del Reino humano. 
                  Escrutando las misteriosas profundidades del Akasa universal 
                  es posible contemplar alguna de las más importantes y 
                  luminosas partes del proceso: “...La aplicación del Cetro 
                  Solar en manos de Júpiter, actuando como potencia invocativa, 
                  produjo tan tremendos efectos en la vida de la Naturalezas que 
                  atrajeron la atención de los Ángeles Solares, de Aquellos 
                  insignes EGOS liberados Habitantes del Quinto Plano Cósmico, 
                  la MENTE de Dios, que desde tiempos inmemoriales aguardaban 
                  aquel destino de Amor, de Servicio y Sacrificio”. Cómo y de 
                  qué manera realizaron Su Obra los Ángeles Solares con respecto 
                  a la humanidad es un Misterio iniciático, pero su intervención 
                  fue decisiva en lo que a la evolución humana se refiere, ya 
                  que fueron Ellos, los Prometeos del Cosmos, los que trajeron 
                  la luz y el fuego eléctrico del principio Mental de la 
                  Divinidad al rudimentario cerebro de los hombres-animales y 
                  los convirtieron en entidades autoconscientes. La mística, y 
                  hasta me atrevería a decir kármica, relación establecida desde 
                  entonces entre los hijos de los hombres y los Ángeles solares 
                  es de la misma naturaleza que la que une la Vida de SANAT 
                  KUMARA, el Señor del Mundo, con el LOGOS PLANETARIO, un 
                  misterio de relación que deberá penetrar un día en la 
                  conciencia de los hombres empeñados en la búsqueda de las 
                  elevadas Fuentes de su procedencia divina. Pero ya de 
                  inmediato, y siguiendo las líneas intuitivas de la analogía 
                  hermética, podemos considerar al hombre como un Tabernáculo 
                  sagrado contenedor de todos los misterios celestes, así como 
                  un recipiente vivo para las energías de los Siete Rayos cuyo 
                  estudio venimos realizando.
 
 EL MICROCOSMOS SEPTENARIO DEL HOMBRE
 
 Estas grandes líneas de proyección celeste nos muestran al ser 
                  humano, tanto en su naturaleza espiritual como en su expresión 
                  física, como un septenario perfecto. El estudio esotérico 
                  permite introducirnos en la consideración de los Siete 
                  Chacras, o Centros de energía alojados en el interior del 
                  vehículo etérico del hombre, así como en la de las Siete 
                  glándulas endocrinas relacionadas con aquéllos. El orden que 
                  rige para los centros etéricos y para las glándulas endocrinas 
                  es idéntico al que se manifiesta por medio de los planetas que 
                  constituyen nuestro Sistema Solar. A igual que ellos están 
                  regidos por Rayos y a través de los mismos están en muy 
                  directa relación con los planetas a través de los cuales 
                  aquellos Rayos se manifiestan. El Diagrama que seguidamente 
                  voy a mostrarles se refiere al hombre corriente de nuestros 
                  días, condicionado mayormente por planetas no-sagrados:
 
                    
              
                
                  | Centros | Glándulas | Planetas | Rayos |  
                  | Coronario | Pineal | Plutón | 1º |  
                  | Entrecejo | Pituitaria | Venus | 5º |  
                  | Laríngeo | Tiroides | Tierra | 3º |  
                  | Cardíaco | Timo | Júpiter | 2º |  
                  | Plexo Solar | Páncreas | Luna | 4º |  
                  | Sacro | Gónadas | Marte | 6º |  
                  | Base Columna Vertebral | Suprarrenales | Urano | 7º |  
                    
              
                
                  
                  Téngase en cuenta, sin embargo, que si nos refiriésemos a un 
                  hombre muy evolucionado, a un alto Iniciado, por ejemplo, la 
                  relación entre centros, planetas y rayos sería muy distinta, 
                  ya que la propia evolución espiritual les situaría bajo la 
                  influencia directa de planetas sagrados, de elevada iniciación 
                  cósmica. Veamos:
 Centros........Planetas...Rayos
 Coronario......Vulcano......1º
 Entrecejo......Venus........5º
 Laríngeo.......Saturno......3º
 Cardíaco.......Júpiter......2º
 Plexo Solar ...Mercurio.....4º
 Sacro..........Neptuno......6º
 Base Columna...Urano........7º
 Vertebral
 
 Estas indicaciones, insuficientes desde el ángulo de 
                  apreciación esotérica, pueden suscitar no obstante muchas 
                  otras analogías si son consideradas muy atenta y 
                  analíticamente; la intuición hará el resto. Lo interesante es 
                  abrirnos lo más que nos sea posible a esta posibilidad de 
                  profundización en nuestro estudio. Ahora bien, analizando 
                  concretamente cada uno de los centros etéricos, o chacras, 
                  podemos advertir las siguientes particularidades:
 
                  
                  a. Centro MULHADARA, situado en la base de la columna 
                  vertebral. Es la sede del llamado Fuego de Kundalini. Está 
                  dividido en cuatro sectores siendo su color predominante el 
                  rojo anaranjado. Parece ser que su símbolo, la Cruz dentro del 
                  Círculo y también la figura geométrica del Cuadrado, quieren 
                  indicar el aspecto kármico de la materia y la lucha y el 
                  sufrimiento que el dominio de la materia, para fines 
                  redentores, presupone para el ser humano.
 b. Centro SWADISTANA, situado en la región sacra o del bazo. 
                  Su misión más evidente es recibir y proyectar por todo el 
                  organismo físico las energías pránicas que dimanan del Sol. 
                  Aparece dividido en seis sectores, llamados pétalos por 
                  nuestros hermanos orientales, siendo su color predominante el 
                  azul, aunque expresado en una expansión irisolada, es decir, 
                  con los siete colores del arco iris.
 
 c. Centro MANIPURA, o Chacra umbilical, situado en la región 
                  del plexo solar. Está íntimamente conectado con las energías 
                  que proceden de los niveles astrales y son canalizadas por 
                  medio del vehículo emocional, pudiendo ser localizada así 
                  etéricamente la sede de las emociones humanas. Está dividido 
                  en diez sectores, o pétalos, y los colores predominantes, 
                  debido a la condición astral del ser humano corriente, son 
                  alternativamente rojos y verdes.
 
 d. Centro ANAHATA, o Chacra cardíaco, alojado esotéricamente 
                  en la región del corazón, entre los omoplatos. Está 
                  constituido por doce pétalos que refulgen maravillosamente, 
                  singularmente en las personas de elevada integración 
                  espiritual, dando la impresión este centro de ser un verdadero 
                  sol sobre el cual se proyectan y a través del cual circulan 
                  las energías de los mundos internos. Desde el ángulo de vista 
                  esotérico este Centro es el más importante en el proceso de la 
                  evolución humana, por cuanto refleja en miniatura la actividad 
                  de las doce Constelaciones zodiacales, siendo la sede de las 
                  cualidades del Segundo Rayo, creador de nuestro Sistema solar. 
                  Cristo y sus doce Discípulos son expresiones simbólicas del 
                  Gran Centro Cardíaco Planetario.
 
 e. Centro VISHUDDHA, o Chacra laríngeo, situado en la región 
                  de la garganta. Está compuesto de dieciséis pétalos, cada uno 
                  de los cuales parece tener una determinada misión como 
                  canalizador de una distinta cualidad de energía. Tiene el 
                  fulgor plateado de los rayos lunares, pero con unas 
                  irisaciones azul o verde, según las modificaciones que van 
                  produciéndose en este centro. Según se nos dice 
                  esotéricamente, cuando este centro ha sido convenientemente 
                  desarrollado se convierte en la morada del Verbo creador o de 
                  la Palabra sagrada A.U.M.
 
 f. Centro AJNA, o Chacra frontal, se halla ubicado en la 
                  región del entrecejo. A la observación clarividente aparece 
                  dividido en dos sectores, o partido en dos mitades. En una 
                  predomina el color amarillo y en la otra el azul brillante. Si 
                  se profundiza en la observación se percibirá que este centro 
                  contiene noventa y seis pétalos, o sea, cuarenta y ocho en 
                  cada sector. Siendo cada uno de los pétalos conductor de una 
                  forma de energía nos daremos cuenta de la importancia de este 
                  centro como expresión de las actividades de la mente y como 
                  punto de proyección de las energías del quinto gran principio 
                  cósmico que produce la luz del entendimiento humano, así como 
                  el anclaje magnético de la divina facultad de atención que, 
                  convenientemente desarrollada, permitirá un día el contacto 
                  consciente del pequeño yo personal con el Yo divino, cuya 
                  proyección directa sobre el centro SAHASRARA, que a 
                  continuación analizaremos, halla en el centro del entrecejo la 
                  oportunidad de extender la influencia espiritual por el entero 
                  complejo psicológico del ser humano. Otra singularidad de este 
                  centro, como base de la estructura psicológica individual, es 
                  la de unificar el corazón con la Mente superior o espiritual. 
                  Vemos, así, que una línea sutilísima de luz de color azul 
                  índigo enlaza este centro con el chacra cardíaco; otra línea 
                  de luz de color amarillo claro y brillante lo conecta con el 
                  centro coronario.
 
 g. Centro SAHASRARA, o Chacra coronario. Se halla situado en 
                  la cúspide de la cabeza, en “el Trono”, tal como 
                  esotéricamente se dice, y es el más brillante y refulgente de 
                  todos cuantos acabamos de analizar. En su centro más oculto y 
                  místico, allí donde sólo el Iniciado puede penetrar, puede 
                  percibirse un Loto de doce pétalos de un blanco tan refulgente 
                  y puro que es imposible de describir. En el centro de dicho 
                  Loto puede percibirse también un botón dorado de intensísimo 
                  brillo del que parten una serie de refulgentes radios, en 
                  número de novecientos sesenta (Es por la coincidencia de este 
                  elevado número de líneas de fuerza que este Centro es 
                  denominado místicamente “El Loto de los Mil pétalos”), los 
                  cuales, en su mutua relación e interdependencia y variadísimos 
                  matices ofrecen la imagen inenarrable del arco iris, pero 
                  surgiendo de un centro de irradiación blanco y dorado 
                  realmente indescriptible. El conjunto de este Chacra nos da 
                  una idea del proceso universal de creación en el que 
                  interviene la Voluntad Cósmica en un intento supremo de 
                  autorreconocerse dentro del Corazón del hombre, de la misma 
                  manera que se autorreconoce y es enteramente consciente dentro 
                  del Corazón de cada uno de los Logos planetarios. Según hemos 
                  aprendido ocultamente, este Centro es el último que se 
                  desarrolla en el ser humano, pues es el punto de anclaje de la 
                  Voluntad de la Mónada espiritual, lo mismo que el Centro 
                  cardíaco es el punto de anclaje, o Morada celeste, del Alma 
                  espiritual o Ángel solar, aquella misteriosa e indescriptible 
                  Entidad que en los tratados místicos es denominada “Cristo en 
                  ti, esperanza de Gloria”. Cuando el Centro coronario ha sido 
                  debidamente desarrollado, la cabeza del Iniciado refulge como 
                  un verdadero sol, quedando circundada por un halo de 
                  indescriptible fulgor que refleja los colores del Rayo 
                  monádico al cual pertenece. El examen clarividente por parte 
                  de un ser humano altamente evolucionado indica siempre el 
                  grado de desarrollo espiritual de cualquier alma en el 
                  Sendero. Podríamos decir que la Liberación humana se realiza 
                  cuando las actividades del Corazón se reflejan en este Centro 
                  y cuando las altas cualidades del discernimiento superior que 
                  provienen de la cúspide de la cabeza han logrado introducirse. 
                  en el Corazón. Según puede leerse en algunos antiquísimos 
                  libros de la Jerarquía: “...Cuando el Corazón ha desarrollado 
                  los doce pétalos que constituyen su esencia mística, otros 
                  doce pétalos se abren en el centro superior de la cabeza, 
                  brillando todavía más que los Mil que anteriormente los 
                  cubrían. En justa correspondencia se abre en el centro del 
                  Corazón la sagrada “Joya en el Loto...”. Estas antiquísimas 
                  palabras contienen, sin embargo, el inmaculado frescor de lo 
                  eterno y serán siempre nuevas por cuanto surgen prístinas de 
                  las altas verdades que constituyen la esencia espiritual del 
                  hombre...
 
Ahora bien, descendiendo un poco en la línea de nuestros 
                  comentarios, será conveniente que analicemos siquiera 
                  superficialmente las glándulas endocrinas como una respuesta 
                  física al creciente impulso de los Rayos actuando sobre los 
                  centros etéricos. El estudio de las glándulas endocrinas por 
                  parte de muy cualificados investigadores en el campo de la 
                  Biología y la Medicina, va a permitirle a la humanidad 
                  penetrar gradualmente en el excitante mundo de la Genética 
                  universal basada en las leyes soberanas del Karma e iluminarla 
                  con respecto al concepto biológico de los complejos hormonales 
                  y a la expresión de los cromosomas físicos del ser humano. 
 Los Centros etéricos y las Glándulas endocrinas se 
                  complementan perfectamente. Son un fenómeno conexo, lo mismo 
                  que ocurre con la respiración y la circulación de la sangre y 
                  con el sistema nervioso y su contraparte etérica, los Nadis. 
                  Así, siguiendo tal como es de rigor en nuestros estudios el 
                  principio de analogía, avalado por las investigaciones y 
                  comprobaciones científicas de nuestros días, tenemos ante 
                  nuestra consideración la siguiente tabla de correspondencias:
 
 
              
              
                
                  | CENTRO | GLÁNDULA | SECRECIÓN |  
                  | Coronario | Pineal | Desconocida |  
                  | Entrecejo | Pituitaria | Pituitrina |  
                  | Laríngeo | Tiroides | Tiroxina |  
                  | Cardíaco | Timo | Desconocida |  
                  | Plexo  Solar | Páncreas (Bazo) | Insulina |  
                  | Sacro | Gónadas | Gonádica (sexual) |  
                  | Base Columna Vertebral | Suprarrenales | Adrenalina |  
              
                
                  
                  Podría asegurarse pues que los elementos biológicos conocidos 
                  bajo el nombre científico de “hormonas”, no son sino que unas 
                  secreciones de las Glándulas endocrinas, cuyo equilibrio 
                  funcional a través de la corriente sanguínea y su correcta 
                  expresión a través del cuerpo físico, dependerá esencialmente 
                  del correcto desarrollo de los Chacras etéricos movidos por el 
                  impulso psicológico generado por la evolución espiritual del 
                  ser humano. Casi podríamos decir que las Razas del futuro 
                  utilizarán unos cuerpos de calidad muy superior a los que 
                  utilizamos nosotros, debido a que habrán desarrollado los 
                  centros etéricos superiores, el Cardíaco y el Coronario, lo 
                  cual hará posible que el Centro del Entrecejo lleve a la 
                  manifestación un tipo particular de hormonas, totalmente 
                  desconocidas todavía por la Ciencia moderna, pero que ya han 
                  sido debidamente percibidas y catalogadas por el verdadero 
                  investigador esotérico, que dotarán al ser humano de una 
                  inteligencia de tipo superior, ultradimensional podríamos 
                  decir, que llevará a la humanidad al reconocimiento y a la 
                  conquista del Arquetipo racial que, al parecer, constituye la 
                  meta del hombre que incorporará en su cuerpo físico las 
                  indescriptibles cualidades de la séptima subraza de la Séptima 
                  Raza, es decir, la culminación del proceso de perfección del 
                  Cuarto Reino de la Naturaleza...
 
 Pregunta:
                  
            
Es realmente fascinante la idea de la 
                  Iniciación, tal como usted la ha presentado anteriormente en 
                  sus absolutas raíces cósmicas y en relación con el ser humano. 
                  Pero, ¿es tan fácil la Iniciación, tal como parece 
                  desprenderse de sus palabras?
 
 Respuesta:
                  
            
No creo haber dicho que la Iniciación fuese 
                  fácil, sino que la he presentado como un Hecho inevitable con 
                  repercusiones en lo cósmico. El hecho de haberme referido al 
                  ser humano como un perfecto microcosmos del Gran Macrocosmos y 
                  el haber analizado sus correspondencias psico-físicas con el 
                  universo, no indica en manera alguna que el proceso de la 
                  Iniciación esté al alcance de cualquier persona por el simple 
                  hecho de proponérselo. El proceso en sí es profundamente 
                  místico y espiritual y exige una gran experiencia en el orden 
                  humano, así como un perfecto control y ajuste de las 
                  características psicológicas individuales. Hablé, por el 
                  contrario, de una selecta minoría de investigadores en 
                  relación con la gran masa de seres humanos que responden 
                  todavía a instintos gregarios, y es precisamente esta minoría 
                  selecta que trabaja, se esfuerza y realmente lucha por 
                  triunfar de sí misma la que accede normalmente a la 
                  Iniciación. Dijimos también que la Iniciación, técnicamente 
                  descrita, era una participación consciente en los Misterios 
                  ocultos de la Divinidad incluyente que infunde la Vida en 
                  nuestro planeta y trata de expresarse cada vez más plenamente 
                  a través de nosotros. De ahí la utilización por parte del 
                  esoterista del término “Participación consciente” al referirse 
                  a cada uno de los Misterios que en su conjunto constituyen la 
                  Iniciación.
 
 No, la Iniciación no es fácil. Me pregunto, sin embargo, si 
                  hay algo realmente importante en la vida que sea fácil de 
                  realizar. El misterio menor que representa el nacimiento 
                  físico del ser humano, ¿es algo fácil? Existe evidentemente 
                  una tremenda lucha desde el momento mismo de la concepción 
                  hasta que una criatura nace a la vida física. Trasladada esta 
                  idea a lo espiritual se ve por simple analogía la terrible 
                  lucha interna que se origina en la vida de un ser que ha 
                  concebido la luz y trata de revelarla, de hacer que nazca y 
                  resplandezca en su existencia. Pues bien, el resultado de esta 
                  lucha, de este supremo intento de NACER en la vida espiritual, 
                  es la Iniciación. No se trata de un Milagro, sino que es el 
                  resultado de una lucha natural por ser, por comprender, por 
                  realizarse. El paso inexorable de la vida a través de una 
                  interminable secuela de vehículos o de formas cada vez más 
                  estilizadas y sutiles de acuerdo con Arquetipos superiores, 
                  ascendiendo de los Reinos inferiores de la Naturaleza hasta 
                  culminar en la Gran Conciencia Solar, es el Sendero que lleva 
                  a la Iniciación en los Misterios de la Divinidad, a unirse 
                  para siempre en forma consciente e ininterrumpida con la 
                  eterna Sinfonía de la Creación.
 
 Pregunta:
                  
            
El tema de la Iniciación parece estar 
                  relacionada con los Rayos, según he podido deducir de su 
                  conversación de hoy. Pero a mí me interesaría muy 
                  particularmente que me aclarara usted si en la Tercera 
                  Iniciación, o de la Transfiguración, queda el alma del 
                  Iniciado completamente libre de las tentaciones, crisis y 
                  tensiones psicológicas a que somete al hombre espiritual, el 
                  llamado “Guardián del Umbral”?
 
 Respuesta:
                  
            
Toda Iniciación viene precedida de crisis y 
                  tensiones, como consecuencias quizás de lo que usted llama las 
                  tentaciones del Guardián del Umbral. Pero, antes de seguir con 
                  la respuesta, será útil que les aclare que el Guardián del 
                  Umbral es una Entidad elementaria de orden inferior que el ser 
                  humano ha ido gestando y desarrollando a través del tiempo, 
                  desde que tuvo uso de razón hasta el momento presente. Es 
                  aquella Entidad a la que la tradición religiosa asignó el 
                  nombre de “demonio” y cuya imagen imperfectamente comprendida 
                  ha llenado de tenor y de mil supersticiones el alma mística de 
                  la humanidad. El Mal, llámesele demonio, diablo, espíritu del 
                  mal, etc., es la obra del género humano y no un aspecto 
                  maligno consubstancial con la vida de la Naturaleza con la 
                  misión de “tentar” o de “inducir al pecado”. El Bien, es 
                  también un fruto de las actividades humanas y, a igual que los 
                  actos incorrectos e inconsecuentes, también ha ido creando una 
                  Entidad psíquica, aunque de naturaleza benigna y dotada del 
                  Espíritu de Salvación. Esta Entidad, creada en el transcurso 
                  de las edades con la substancia de los mejores pensamientos y 
                  sentimientos humanos constituye la Luz que ilumina en los 
                  momentos de turbación, o cuando estamos bajo los efectos de 
                  grandes crisis y tensiones. Esotéricamente se la denomina “el 
                  Ángel de la Presencia” y se nos dice ocultamente que cuando el 
                  discípulo, en el nivel que sea, enfrenta la Iniciación se le 
                  aparecen ante “la Dorada Puerta de los Misterios” las dos 
                  Entidades anteriormente mencionadas, a un lado el Guardián del 
                  Umbral, en el otro el Ángel de la Presencia, ofreciendo cada 
                  cual los dones u ofrendas de que vienen revestidas sus vidas; 
                  los frutos del Mal por una parte, las consecuencias del Bien 
                  por la otra. Y el candidato, frente a la Puerta de los 
                  Misterios debe decidir si está convenientemente preparado para 
                  poder cruzar sus dinteles. Si elige el Mal retorna al campo de 
                  la experiencia del mundo; si elige el Bien penetra al interior 
                  de los Misterios que la Dorada Puerta encubre y recibe la 
                  Iniciación, es decir, su participación justa en los Misterios 
                  del Reino. Esta es, a grandes rasgos, la regla que se sigue en 
                  el proceso iniciático. El candidato ha recibido mucha 
                  información esotérica y mucho entrenamiento espiritual pero, 
                  en definitiva es él, frente a frente consigo mismo, es decir, 
                  con las dos Entidades que coexisten dentro de su propia e 
                  íntima naturaleza, quien decidirá si está capacitado para 
                  recibir la Iniciación o si debe esperar otros momentos más 
                  apropiados. Las dudas ante la Puerta Iniciática sólo son 
                  frecuentes en las dos primeras Iniciaciones, pero en la 
                  Tercera, a la que usted particularmente alude, debo decirle 
                  que ya no hay duda posible, pues, como usted sabe, la 
                  Transfiguración es la Iniciación de la Purificación y también 
                  del Equilibrio. Purificación, porque el alma del Iniciado ha 
                  vencido a sus tres cuerpos inferiores, físico, emocional y 
                  mental y “resplandece” por encima de ellos; Equilibrio, porque 
                  el perfecto control de tales vehículos ha equilibrado o 
                  armonizado dentro de su corazón al Guardián del Umbral y al 
                  Ángel de la Presencia. El Bien y el Mal, simbólicamente 
                  hablando, han desaparecido de la vida del Iniciado..., sólo 
                  queda dentro de su vida y como una natural consecuencia de su 
                  estado de Pureza, aquel estado de beatitud celeste que está 
                  más allá y por encima del Bien y del Mal.
 
 Pregunta:
                  
            
Con respecto al tema de la Iniciación me 
                  gustaría saber su opinión sobre si no sería conveniente 
                  empezar ahora mismo esta tarea de preparación, educiendo un 
                  buen carácter, disciplinando la vida personal y siendo cada 
                  vez más responsable ante las oportunidades individuales y 
                  sociales de la existencia.
 
 Respuesta:
                  
            
Ciertamente, tener un buen carácter, llevar 
                  una vida disciplinada y tratar constantemente de ennoblecer la 
                  vida individual, son cosas apetecibles y constituyen “puntos 
                  iluminados de atención” en orden a la gran tarea iniciática. 
                  Debo precisar, sin embargo, y mis palabras no quieren 
                  significar que deban dejarse de lado estas cualidades, que la 
                  Jerarquía espiritual del planeta presta actualmente una 
                  preponderante atención al desarrollo de las capacidades de 
                  servicio y sólo en un grado menor a las disciplinas de 
                  carácter personal. En la Era de Piscis, de la cual nos vamos 
                  alejando por efecto del movimiento precesional del planeta, se 
                  dedicaba una singular atención al desarrollo del equipo 
                  personal de los discípulos y se hacía mucho énfasis en el 
                  sistema de entrenamiento espiritual, a las disciplinas de vida 
                  y a la construcción de un buen carácter. Ahora, sin embargo, a 
                  medida que nuestro mundo va penetrando en las luminosas zonas 
                  del espacio dinamizadas por la Constelación de Acuario, las 
                  técnicas de aproximación espiritual han sufrido grandes 
                  modificaciones y la Jerarquía está tratando de ofrecer 
                  oportunidades inmediatas de “acción espiritual” por medio del 
                  servicio a la humanidad. Hablando en un sentido muy simbólico, 
                  aunque profundamente dinámico, el discípulo no debe acercarse 
                  a la Divinidad “pidiendo su pan de cada día y de que se le 
                  libere de la tentación”, sino “ofreciéndose en cuerpo y alma” 
                  para ser utilizado para el servicio mundial, implícito en 
                  alguna parcela del Plan que los Maestros conocen y sirven. La 
                  inevitable consecuencia de esta nueva actividad jerárquica con 
                  respecto a los discípulos mundiales, será la progresiva 
                  pérdida de interés objetivo hacia las legendarias y místicas 
                  figuras del Maestro o del Gurú. El verdadero investigador 
                  espiritual deberá “buscarse primeramente a sí mismo” y 
                  “reconocerse en el corazón” antes de aceptar la guía 
                  espiritual de alguna Entidad por elevada que pueda aparecer 
                  ante sus ojos. En esta Nueva Era, el Intermediado Celeste, el 
                  que debe enseñar el verdadero Camino, es la propia Alma del 
                  hombre. Una vez establecido el consciente contacto con Ella, 
                  sabremos sin que nadie nos lo diga, que es lo que realmente 
                  debemos hacer y cuál el verdadero Maestro que debe “conducimos 
                  de la oscuridad a la Luz, de lo irreal a lo Real y de la 
                  Muerte a la Inmortalidad”, es decir, a la Iniciación.
 
 Les ruego acepten mis palabras con la misma honestidad con que 
                  han sido pronunciadas. Encierren un potente dinamismo 
                  invocativo y pueden constituir una buena base para las 
                  actividades futuras de un gran sector de aspirantes 
                  espirituales. Nuestros tiempos no son quizás ni mejores ni 
                  peores que los anteriores en la historia del mundo; lo que sí 
                  podemos asegurar es que son absolutamente distintos de cuantos 
                  les precedieron. La realidad espiritual es ésta y es por tal 
                  motivo que las técnicas deben cambiar radicalmente y enfocar 
                  la mente y con ella el corazón en las necesidades de la 
                  humanidad, del ser humano que sufre a nuestro alrededor y que 
                  frecuentemente no vemos, ensimismados o sugestionados bajo el 
                  influjo de tantas y tantas meditaciones... a la búsqueda de la 
                  perfección individual. El discípulo de la Nueva Era debe 
                  actuar “desde arriba y hacia adentro” y no “desde abajo y 
                  hacia afuera”. Sólo viviendo de esta manera, al amparo de la 
                  propia Vida cósmica en el corazón, libres de presiones y de 
                  disciplinas de orden externo, la Vida interna que es nuestro 
                  verdadero YO, hallará por sí misma los cauces supremos que 
                  llevan a la Liberación…
 
 
            
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