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                  Conversaciones Esotéricas
 
                   CAPÍTULO I: LA MAGIA DE LA CREACIÓN
 
 El Universo en su totalidad es una indescriptible obra mágica 
                  que responde a la Voluntad del Creador de SER y de REALIZAR. 
                  Todo cuanto existe en la Naturaleza, sea cual sea el nivel en 
                  donde se manifieste, es una IDEA revestida de ciertas 
                  cualidades y expresándose por medio de una FORMA. El hombre es 
                  también una maravillosa obra mágica que reproduce íntegramente 
                  en su vida idéntico movimiento creador que el de la propia 
                  Divinidad. El también quiere SER y él también quiere REALIZAR 
                  su obra creadora en el tiempo de su permanencia dentro de los 
                  estrechos límites de su forma física condicionante. Dios se 
                  expresa por medio de la totalidad del Universo; el hombre 
                  utiliza su universo corporal para expresar las cualidades 
                  íntimas de su ser, y cada una de sus reacciones psicológicas a 
                  la vida es técnicamente MAGIA, la capacidad de crear dentro de 
                  sí y a su inmediato alrededor las condiciones que regulan el 
                  extenso campo de su existencia social.
 
 Podríamos analizar esotéricamente el sentido de la Magia desde 
                  cuatro ángulos distintos:
 
                  
                  a) La Magia Universalb) La Magia Individual
 c) La Magia y los Misterios Iniciáticos
 d) La Magia del Quinto Reino
 
                  Cada uno de ellos constituirá el motivo o tema principal de 
                  nuestras primeras Conversaciones Esotéricas.
 LA MAGIA UNIVERSAL
 
 Introducirse en el vastísimo tema de la MAGIA exige de parte 
                  del investigador esotérico una extraordinaria capacidad de 
                  síntesis que le permitirá -si utiliza correctamente la clave 
                  hermética de la analogía- introducirse en los altos Misterios 
                  de la Vida del inefable SER que llena con Su formidable 
                  energía el extenso campo de expresión del Universo. Como es 
                  sabido, la investigación esotérica estudia los fenómenos de la 
                  Vida en cualquier plano o nivel de la Naturaleza, desde sus 
                  causas iniciales o fuentes más elevadas de producción, es 
                  decir, a partir de la Voluntad del Creador; de ahí que todos 
                  los fenómenos biológicos, geológicos, psíquicos, etcétera, 
                  concurrentes en la vida expresiva del planeta son estudiados a 
                  partir de sus aspectos universales hasta hacerlos converger en 
                  la vida particular o individual, cerrando así el ciclo 
                  misterioso de la Creación en lo que al ser humano se refiere.
 
 Ahora bien... ¿Qué hay que entender básicamente por CREACIÓN? 
                  De acuerdo con la temática de nuestra conversación de hoy 
                  podríamos decir que es la MAGIA organizada y operativa del 
                  Logos en Su indescriptible Intención de SER y de REALIZAR. 
                  Podríamos decir también, aclarando el sentido de la idea, que 
                  ese intento creador que va del SER al REALIZAR, de la Voluntad 
                  a la Acción, es esencialmente MAGIA, es decir, la 
                  extraordinaria capacidad del Creador de llenar de ideas el 
                  vastísimo campo dinámico de Su Voluntad hasta convertirlas en 
                  Formas objetivas que respondan íntegramente a los Propósitos 
                  de Su Alma. Bien, esta definición quizás debería ser aclarada 
                  en el sentido de que no puede existir una idea sin partir de 
                  una Intención de base o Propósito creador que la dinamice, 
                  promueva y actualice ni tampoco una idea que quede flotando en 
                  los inconmensurables vacíos del Espacio, sino que su 
                  irresistible tendencia es “magnetizar” su campo de proyección 
                  en el nivel mental que le corresponda y apropiarse de la 
                  correspondiente substancia etérica de distintas densidades 
                  hasta obligarla a condensarse o hacerla cristalizar en una 
                  Forma determinada, la cual deberá responder naturalmente a las 
                  cualidades de la idea y a la Intención del Propósito inicial. 
                  Esto sucede así no solo en el ambiente universal en donde se 
                  mueve la Voluntad del Creador, sino también en el nivel de 
                  vida psicológico o individual en donde los seres humanos 
                  utilizan sus pequeñas voluntades para crear, ideas, 
                  revestirlas de cualidades y convertirlas en las formas que 
                  apreciamos por doquier, lo mismo en sus creaciones técnicas y 
                  artísticas que en la elaboración de sus ambientes familiares y 
                  sociales.
 
 Puede decirse también, de acuerdo con la analogía, que todo 
                  cuanto existe viene determinado por un proceso infinito de 
                  Magia organizada y que cualquier tipo de forma en no importa 
                  qué nivel o reino de la Naturaleza es el resultado de un 
                  tecnicismo creador más allá de nuestras capacidades de 
                  comprensión, cuya función es “incorporar substancia material’ 
                  al Intento espiritual de la Divinidad de SER y de REALIZAR a 
                  través de la infinita multiplicidad de ideas que surgen como 
                  efecto de aquella Gran Motivación Universal.
 
 Los Siete Grandes Sonidos Creadores
 
 Recurriendo esotéricamente a los significativos textos de los 
                  antiquísimos libros sagrados de las grandes religiones de la 
                  humanidad, cunas de la verdadera sabiduría, hallamos estas 
                  curiosas y al propio tiempo trascendentales afirmaciones con 
                  respecto a la Creación del Universo, que es una expresión 
                  total de la Magia suprema del Creador. En unos himnos védicos 
                  de la más lejana antigüedad se halla escrito: “... El Supremo 
                  RISHI habló y llenó de mundos el Universo...” Otros viejísimos 
                  poemas orientales expresan la idea mágica de la Creación de la 
                  siguiente manera: “El Triple Canto del Gran Señor, el A.U.M., 
                  y la Cuádruple respuesta del Espacio produjeron todas las 
                  Formas del Universo”. En ambas afirmaciones, como ustedes 
                  podrán observar, se menciona aquello que en el más puro 
                  tecnicismo podríamos definir como “el Poder de la Palabra” o 
                  “la Gracia Infinita del Verbo”. Siguiendo con la analogía 
                  podríamos decir que el triple Canto, A.U.M., tiene su adecuada 
                  réplica en el Mandato bíblico “HÁGASE LA LUZ” con respecto a 
                  la Creación del Universo. Partiendo de esta conocida frase 
                  bíblica podríamos imaginar que “la Cuádruple Respuesta del 
                  Espacio” a la cual hacen referencia los poemas orientales 
                  podrían tener su relación con la fórmula sacramental del 
                  Evangelio “HÁGASE SEÑOR TU VOLUNTAD”, que entonces adoptaría 
                  un sentido creador o mágico y no solamente místico, tal como 
                  hasta aquí fue considerada con referencia a la vida de Cristo.
 
 El conjunto de las SIETE PALABRAS entrañando la Voluntad de 
                  Dios, “HÁGASE LA LUZ”, y de Cumplimiento Universal de parte de 
                  la Naturaleza, “HÁGASE SEÑOR TU VOLUNTAD”, encubren el 
                  Misterio de la Creación de nuestro Universo septenario y 
                  podríamos decir -siempre de acuerdo con la analogía 
                  hermética, que cada una de estas Siete Palabras constituye un 
                  formidable MÁNTRAM, o SONIDO CREADOR, destinado a llenar de 
                  determinadas Formas el entero campo del Universo. Surgen así, 
                  en una vastísima e impresionante panorámica abierta al 
                  investigador esotérico:
 
                  
                  - Los Siete Días de la Creación- Los Siete Planos del Universo
 - Las Siete Corrientes de Vida, llamadas técnicamente RAYOS
 - Los Siete Espíritus Planetarios ante el Trono de Dios
 - Los Siete Planetas Sagrados
 - Los Siete Esquemas de la Evolución Solar
 - Las Siete Cadenas Terrestres de las Evoluciones planetarias.
 - Las Siete Rondas planetarias o Ciclos de Encarnación de los 
                  Logos de cada uno de los Planetas del Sistema Solar
 - Los Siete Reinos de la Naturaleza, de los cuales sólo 
                  conocemos cinco
 - Las Siete Razas Humanas, con sus correspondientes Subrazas
 - Los Siete Tipos Psicológicos Humanos
 - Los Siete Centros etéricos de energía, llamados técnicamente 
                  “Chacras”
 - Las Siete Glándulas Endocrinas, de las que se ocupa muy 
                  seriamente la Medicina Moderna.
 - Las Siete Notas Fundamentales de la Música, expresiones 
                  físicas de los Grandes Sonidos Cósmicos
 - Los Siete Colores del Arco Iris o del Espectro solar..., 
                  etc., etc.
 
                  Tales relaciones se nos harían realmente interminables, pero 
                  algunas de las significativas ideas que hemos mencionado, 
                  constituirán la base de futuras conversaciones.
 Ahora bien, utilizando de nuevo el sentido de la analogía 
                  vemos que el sentido de la Magia tiene que ver con la 
                  “pronunciación de determinados sonidos o MANTRAMS”, destinados 
                  a promover ciertas reacciones en el Espacio, siendo tales 
                  reacciones de carácter dévico o angélico y basadas en la 
                  conocida sentencia esotérica “...El Espacio es una Entidad”, 
                  la cual puede explicar el sentido íntimo de las aparentemente 
                  enigmáticas palabras, anteriormente mencionadas, de “...la 
                  cuádruple respuesta del Espacio”, debiendo entender que esta 
                  cuádruple respuesta tendrá que ver lógicamente con el origen 
                  cuaternario de la constitución física del Universo y con los 
                  cuatro elementos que la integran: la tierra, el agua, el fuego 
                  y el aire, los cuales son emanaciones del éter del Espacio que 
                  los cualifica y sintetiza y seguramente también con el 
                  cuaternario humano: la mente concreta, el cuerpo astral, el 
                  vehículo etérico y el cuerpo físico denso, ya que desde el 
                  ángulo esotérico este cuádruple mecanismo pertenece al aspecto 
                  material de la Naturaleza, siendo por tanto “unas respuestas 
                  del Espacio a la voluntad humana de Ser y de Realizar”.
 
 Así, el aspecto mágico de la Creación es el resultado de una 
                  orden concreta del Creador a las inmensidades del Espacio, una 
                  orden llena de significativas ideas las cuales, “objetivizadas 
                  por los Moradores del Espacio”, o de “los Hijos del Espacio”, 
                  tal como denominan ciertos antiguos textos esotéricos a las 
                  fuerzas dévicas de la Naturaleza, se convierten en formas 
                  materiales de todos los tipos de densidad posibles y 
                  destinadas a ser tabernáculos o contenedoras de las infinitas 
                  cualidades de la Divinidad en incesante proceso de expansión 
                  cíclica.
 
 Este aspecto mágico de la Naturaleza no ha sido quizás todavía 
                  interpretado en términos de “Creación de Formas” sino que fue 
                  explicado siempre de acuerdo con las tradiciones y 
                  supersticiones del pasado que les asignaron a los “espíritus 
                  de la Naturaleza” -técnicamente descritos en nuestros estudios 
                  esotéricos como “Ángeles o Devas”- un carácter misterioso y 
                  oculto, solamente al alcance de los sabios alquimistas o al de 
                  aquellos raros conocedores de las leyes que rigen la 
                  Naturaleza a quienes con mayor o con menor acierto les fue 
                  adjudicado el nombre de MAGOS, es decir, de “intérpretes de la 
                  Ley y Hacedores de su Justicia”, tal como rezan antiquísimos 
                  poemas místicos. Pero, esta afirmación de “Hacedores de su 
                  Justicia”, es sólo un aspecto unilateral dentro del concepto 
                  de la MAGIA, habida cuenta de que existen dos interpretaciones 
                  totalmente distintas de la misma: la TEURGIA, o Magia Blanca, 
                  y la GOECIA, su expresión incorrecta o Magia Negra. La MAGIA, 
                  como sistema de Creación tiene un solo sentido: la 
                  substanciación de las ideas y su conversión en formas, pero en 
                  su aspecto intencional tiene una doble motivación, la 
                  expresión correcta y adecuada de acuerdo con las sagradas 
                  leyes de la fraternidad, que expresan el verdadero sentido de 
                  la evolución, y la inadecuada o incorrecta que depende de la 
                  desvirtualización del principio de fraternidad y obedece a 
                  aquellos extraños y desconocidos móviles -subyacentes en la 
                  vida íntima de la Naturaleza- que degeneran en el principio de 
                  egoísmo que crea todo posible centro de conflictividad en el 
                  Universo, en el planeta y en el hombre… Ocultamente se nos 
                  habla de la existencia de un “Mal Cósmico”, sabiamente 
                  organizado, que al parecer produce las semillas de todas las 
                  posibles perturbaciones en el orden universal y planetario y 
                  determina lo que podríamos calificar de “un mal karma en la 
                  vida de la Naturaleza” o en la del ambiente social humano. No 
                  nos detendremos, sin embargo, en el examen de las causas que 
                  producen el Mal cósmico, con la teoría mística de ‘‘los 
                  Ángeles caídos’’ o de las actividades mágicas incorrectas, 
                  sino que nos interesa fundamentalmente captar los principios 
                  científicos -si podemos decirlo así- de la MAGIA BLANCA y 
                  considerar a nuestro LOGOS SOLAR como el Mago Supremo del 
                  Universo, perfecto en todas y cada una de Sus expresiones, así 
                  como a SANAT KUMARA, nuestro Logos Planetario, como el Mago 
                  Supremo de nuestro planeta, henchido solamente de las altas 
                  cualidades de Bien ya que, desde el ángulo de vista humano y 
                  aún de los grandes Adeptos, sólo cualidades, virtudes y 
                  perfecciones son perceptibles en las esplendentes Vidas de los 
                  Logos Creadores.
 
 El Cáliz Supremo de la Creación
 
 La Intención, la Idea y la Forma constituyen el Triángulo 
                  Mágico de la Creación o el proceso de la Magia Organizada, no 
                  sólo en este Universo en donde vivimos, nos movemos y tenemos 
                  el ser, sino en cualquier tipo de forma creada ya que, según 
                  el gran Iniciado Hermes Trismegistus -esotéricamente 
                  denominado el Padre de la Sabiduría- “... Igual es arriba que 
                  abajo, igual es abajo que arriba”. Siendo así, toda 
                  manifestación de vida en la Naturaleza es el resultado de una 
                  obra mágica en la cual siempre estarán presentes la intención, 
                  o voluntad, la idea cualificadora de aquella intención y la 
                  forma resultante de la idea, convenientemente interpretada por 
                  los Moradores del Espacio. Estas fuerzas invisibles, 
                  llámeselas dévicas o angélicas, constituyen todavía un 
                  conocimiento muy esotérico u oculto el cual no ha sido 
                  impartido todavía con la suficiente amplitud y claridad, 
                  debido sin duda a la extrema materialidad que impera en 
                  grandes sectores humanos, pero, a mi entender, el momento ha 
                  llegado de prestarle a esta idea o a este conocimiento dévico 
                  o angélico una muy profunda y atenta consideración, ya que sin 
                  este previo conocimiento el estudio de la Magia y los 
                  procedimientos científicos que la cualifican resultan 
                  prácticamente imposibles, o quedarían al menos muy deficiente 
                  e imperfectamente explicados. Dejaremos tal estudio para mas 
                  adelante, pero al tratar del proceso mágico de la Creación 
                  deberemos aceptar, siquiera como una necesaria hipótesis 
                  mental, la existencia de unas fuerzas invisibles que viven en 
                  el éter y que en forma misteriosa “constituyen el éter” y 
                  producen, merced a la potencialidad y fuerza expansiva de las 
                  ideas y de las intenciones, todas las formas de la Naturaleza 
                  y de los Reinos. El conocido axioma esotérico “La Energía 
                  sigue al Pensamiento” tiene que ver con el dinamismo de la 
                  acción dévica la cual representa en su totalidad la Actividad 
                  Creadora de la Divinidad, místicamente el Espíritu Santo, el 
                  aspecto MADRE de la Creación, Sustentadora de todas las Formas 
                  del Universo.
 
 La Magia Suprema del Universo tiene como finalidad crear 
                  vehículos de Materia para la Intencionalidad del Espíritu 
                  Creador. Esta Intencionalidad y la forma de representarla en 
                  Espacio y Tiempo toman esotéricamente los conocidos símbolos 
                  del VERBO y del CÁLIZ, expresando el Verbo la Palabra de la 
                  Divinidad, llena de Voluntad de SER, y siendo el Cáliz el 
                  Universo físico que ha de contenerla. Esotéricamente a esta 
                  Voluntad o Intencionalidad Divina se la define como “la 
                  PALABRA ORIGINAL”, descompuesta en dos sonidos básicos, 
                  representativos de la dualidad ESPIRITU-MATERIA, que 
                  esotéricamente conocemos como el doble Sonido O.M., el cual 
                  convertido en Idea creadora da origen al axioma oculto 
                  anteriormente señalado, “La Energía sigue al Pensamiento”, 
                  siendo el triple Sonido A.U.M. la base sobre la cual se apoya 
                  la estructura material de la evolución aportando cada uno de 
                  tales sonidos alguno de los principios fundamentales mediante 
                  los cuales el Espíritu Divino podrá manifestarse. Tratando de 
                  hacer gráfica esta idea podríamos establecer la siguiente 
                  analogía:
 
                    
                    
                      
                        | ASPECTO 
 | SONIDO 
 | REINO 
 |  
                        | ESPÍRITU 
 | ORIGINAL 
 | Divino 
 |  
                        | ALMA 
 
 
 | O.M. 
 
 
 | Monádico Espiritual
 Humano
 
 |  
                        | CUERPO 
 
 | A.U.M. 
 
 | Animal Vegetal
 Mineral
 |  
                  Estas relaciones nos informarán quizás de la cualidad mágica 
                  de cada una de las expresiones de la Naturaleza, desde las 
                  formas más densas de materia hasta las más altas sublimidades 
                  del Espíritu pues, de acuerdo con la analogía, todo tipo de 
                  Forma es un Cáliz de expresión del Verbo Creador, o Alma de la 
                  Divinidad, desde la simple estructura física de una hormiga a 
                  la más esplendente Forma planetaria del Logos Creador.
 
 Hay que aceptar por tanto que la Naturaleza entera con su 
                  infinita pluralidad de cantos o de sonidos, es el 
                  indescriptible CRISOL en donde se realiza la Magia suprema de 
                  la Creación, la Sinfonía augusta a la cual cada Reino, cada 
                  Raza o cada Especie aportan sus particulares motivos creativos 
                  y susceptibles tendencias a la perfección, siendo el más 
                  elevado, y armonioso de los cantos en el CENIT de toda esta 
                  gama de sonidos creadores, aquél que más correcta y 
                  adecuadamente cumplimenta el Plan de la Divinidad en los 
                  dilatadísimos Espacios en donde ejercita los mágicos poderes 
                  que surgen de Su intencionalidad suprema de SER y de REALIZAR. 
                  Cerraremos así, tal como es de rigor esotérico, el círculo de 
                  nuestra conversación de hoy enlazando el fin con el principio, 
                  es decir, glosando la Intención de Dios como el Arte Supremo 
                  de la MAGIA. A partir de este momento sólo Ideas y Formas, 
                  unidades de vida desconocidas utilizando el conjunto de los 
                  sonidos que estremecen el Espacio para crear “objetividades” 
                  entrarán en el campo esotérico de todas nuestras 
                  conversaciones. Mantengamos pues, a igual que el Creador, 
                  nuestra intención de Ser y de Realizar. Así, nuestras 
                  conversaciones esotéricas tendrán también un carácter mágico y 
                  cada cual dentro de sus propias y latentes cualidades aportará 
                  a las mismas su espíritu eternamente creador...
 
 Pregunta: Según usted todo es Magia en el Universo, 
                  pero yo no acabo de comprender cómo puede una hormiga, por 
                  ejemplo, realizar una obra mágica. ¿Podría usted aclarar este 
                  punto?
 
 Respuesta: La Magia es un proceso creativo que va de la 
                  Intención del Creador hasta la más humilde forma de vida de la 
                  Naturaleza. Así pues, toda manifestación objetiva en el seno 
                  de la misma no hace sino reflejar en su propia esfera de 
                  manifestación, por pequeña que sea, aquellos poderes ocultos 
                  que esotéricamente definimos como MAGIA, es decir, que cada 
                  forma expresiva en la Naturaleza es el recipiente de una 
                  Intención, de una vida o de una idea representativa de alma o 
                  de conciencia, siendo la forma objetiva simplemente el cáliz 
                  expresivo de la interacción entre la voluntad y la idea, 
                  pudiendo asegurarse que todo es MAGIA en la Naturaleza de la 
                  que participa no sólo el esplendente Ser que llamamos LOGOS, 
                  sino la simple hormiga a la que usted se ha referido y aún el 
                  más insignificante y humilde de los elementos químicos o 
                  átomos...
 
 Pregunta: Usted ha dicho durante el curso de su 
                  conversación que el Espacio era una Entidad. No acabo de 
                  comprender esta idea.
 
 Respuesta: Bien, usted mira el Espacio con sus ojos 
                  físicos y no ve nada, pero usted sabe, sin embargo, que el 
                  Espacio está surcado por una infinita red de vibraciones, las 
                  de la luz, del sonido, de la radio, del teléfono, etc. Sabemos 
                  también que existen transmisiones todavía más sutiles como las 
                  vibraciones etéricas que producen el cerebro, las condiciones 
                  psíquicas, la telepatía, la ectoplasmia, etc. Esto nos indica 
                  que el Espacio tiene una Vida particular e íntima que permita 
                  la transmisión de todo tipo de vibraciones desde las más 
                  densas a las más sublimes, una indicación para el investigador 
                  esotérico de que en el seno del Espacio existe algo que 
                  podríamos considerar como una especie de Alma que dirige, 
                  coordina, promueve, estimula, cualifica y dinamiza todas las 
                  posibles vibraciones que se elevan de los cuerpos sutiles de 
                  la Naturaleza entera. Esta Entidad, o esta ALMA -si usted 
                  prefiere esta denominación- es una Voluntad que yo me 
                  atrevería a calificar de Individual que utiliza el Espacio 
                  para “cumplimentar la Obra suprema de la Creación”. Extremando 
                  el poder de nuestra imaginación... ¿por qué no cualificar de 
                  Dévica o Angélica esta infinita potencialidad del Espacio cuya 
                  misión, desde el ángulo de la MAGIA cuyo estudio estamos 
                  realizando, es cumplimentar la Voluntad divina de SER y de 
                  REALIZAR?
 
 Pregunta: ¿Hay una relación entre los símbolos del 
                  Cáliz y del Verbo que usted ha mencionado, con los Misterios 
                  representativos de la Misa cristiana?
 
 Respuesta: Hay una relación absoluta y los misterios de 
                  la Iglesia cristiana, esotéricamente interpretados, ofrecen 
                  una explicación razonada del simbolismo del Cáliz y del Verbo, 
                  siendo el Cáliz, o Cuerpo de Misterios, una expresión de los 
                  tres cuerpos o mecanismos de expresión humana: físico, 
                  emocional y mental simbolizados en la base, en el soporte y en 
                  la semiesfera de la Copa mística que utiliza el sacerdote en 
                  el acto de la Consagración de la Misa. El Verbo viene 
                  representado por la Hostia sagrada en forma de círculo que 
                  trata de simbolizar a la Divinidad, ya que el círculo es la 
                  forma geométrica más perfecta y la que más adecuadamente 
                  simboliza el movimiento mágico de la Creación. Utilizando la 
                  analogía todo misterio puede serle revelado al inteligente 
                  investigador.
 
 Pregunta: ¿ Qué entiende usted por fuerzas dévicas, es 
                  decir, estas que usted define como “los Moradores del 
                  Espacio”?
 
 Respuesta: Entiendo por “Moradores del Espacio” a 
                  aquellas energías individualizadas que operando en orden a 
                  jerarquías constituyen la Entidad que llamamos Espacio. Estas 
                  fuerzas actúan de acuerdo con las ideas que surgen del centro 
                  creador que llamamos Voluntad de Dios o, según su universal 
                  consecuencia, con las de cualquier centro de vida y de 
                  conciencia en no importa qué plano o nivel de la Naturaleza. 
                  Se trata de unas energías subjetivas, invisibles y de carácter 
                  oculto que mueven con sus actividades el edificio inmenso e 
                  inconmensurable de la Magia universal. Es decir, y recordando 
                  de nuevo el axioma “La Energía sigue al Pensamiento”, estas 
                  energías invisibles, dévicas o angélicas constituyen el 
                  principio de ENERGÍA que vivifica el Cosmos absoluto. De la 
                  actividad del pensamiento y de la expansión de sus infinitas 
                  cualidades surge inevitablemente todo tipo de energía la cual, 
                  convenientemente substanciada mediante un alto proceso mágico 
                  o elevada alquimia, determina la creación de toda posible 
                  manifestación de forma.
 
 Pregunta: No acabo de ver claro cómo puede producirse 
                  esta expresión de formas partiendo de una idea. ¿Puede ser 
                  usted más explícito al respecto?
 
 Respuesta: Trataré de serlo, pero le advierto de 
                  antemano que mucho de cuanto se ha dicho durante el curso de 
                  nuestra conversación esotérica de hoy deberá ser comprendido 
                  más por intuición, siguiendo las reglas esotéricas de la 
                  analogía, que por simple análisis intelectual.
 
 Tenemos una intención, una idea y una forma en la expresión de 
                  cualquier proceso de vida en la Naturaleza. Todo este proceso 
                  se realiza en el éter, siendo el ÉTER la parte del Espacio 
                  Cósmico dinamizado por la Intención Creadora de la Divinidad. 
                  Hay así un aspecto mágico de la Creación que obliga al ÉTER a 
                  ensancharse o a contraerse de acuerdo con aquel impulso 
                  creador de la Deidad creadora. Siguiendo este proceso una idea 
                  cualquiera, de acuerdo con el principio de analogía, “se 
                  apropia” de una cierta cantidad de energía, la cual, tal como 
                  vimos anteriormente, es de carácter angélico o dévico y 
                  constituye una propiedad íntima del Espacio y le obliga, 
                  siempre de acuerdo con la calidad de la idea, a “contraerse” o 
                  substanciarse hasta convertirla en una forma objetiva, siendo 
                  esta forma el cáliz o vehículo denso de manifestación de 
                  aquella idea. Así, de acuerdo con este principio mágico de 
                  substanciación inherente al Espacio, Dios ha llenado y va 
                  llenando constantemente de formas objetivas la infinita 
                  grandiosidad del Universo. El ser humano “hecho a imagen y 
                  semejanza del Creador”, llena también de formas mediante el 
                  impulso creador de sus intenciones y de sus ideas los 
                  ambientes mentales, psíquicos y físicos que constituyen los 
                  particulares ambientes sociales y familiares en donde vive, se 
                  mueve y tiene el ser.
 
 
            
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