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                  Conversaciones Esotéricas
 
                   CAPÍTULO VIII: LOS RAYOS Y EL CONOCIMIENTO PROPIO
 
 Inicio mi disertación de hoy insistiendo sobre la necesidad 
                  que tenemos como seres humanos inmersos en las grandes 
                  necesidades de la vida social, de establecer cada vez más 
                  estrechas y conscientes relaciones con nuestro Yo 
                  trascendente, aquel que según las enseñanzas de las grandes 
                  religiones, filosofías y creencias espirituales de todos los 
                  tiempos es nuestro verdadero Ser, nuestro Yo inmortal, el 
                  centro de enlace con la Divinidad, la Vida infinita que llena 
                  con Su indescriptible Amor el corazón sensible de todo lo 
                  creado.
 
 De nada nos serviría evidentemente un estudio más o menos 
                  profundo acerca de los RAYOS si lo limitásemos solamente a una 
                  mera información intelectual dentro del Campo infinitamente 
                  vasto del conocimiento esotérico. En estas conversaciones 
                  periódicas que sostenemos nos interesa descubrir tan 
                  profundamente como nos sea posible el Misterio de nuestra vida 
                  espiritual y psicológica; conocer lo más ampliamente que 
                  podamos cuál es nuestro destino como seres humanos aquí en la 
                  Tierra y tratar de resolver favorablemente la triple 
                  interrogante inmanente en el desarrollo de nuestra vida 
                  espiritual; ¿quién soy? ¿de dónde vengo? y ¿a dónde voy? Se 
                  trata de las tres terribles incógnitas que motivaron la 
                  conocida sentencia de los grandes filósofos del pasado: 
                  “HOMBRE, CONÓCETE A TI MISMO”. De acuerdo con ella las 
                  preguntas que quizás surgirán en las mentes de ustedes serán 
                  seguramente éstas:
 
                  
                  ¿Cómo resolver nuestro destino espiritual?, ¿cómo liberarnos 
                  de los impedimentos psicológicos que condicionan nuestra 
                  conducta?, ¿cómo descubrir el enorme secreto espiritual de 
                  nuestra existencia?  
                  la respuesta a todas estas preguntas sólo puede ser una: 
                  ¡INVESTIGANDO!, ya que sin una profunda y sostenida 
                  investigación jamás llegaremos a descubrir la trascendental 
                  verdad que es nuestra propia vida espiritual. Podríamos 
                  preguntarnos también ¿qué es investigar? Yo diría que es la 
                  enorme capacidad de estar profundamente atentos, plenamente 
                  apercibidos de todo cuanto ocurre en nosotros y a nuestro 
                  alrededor utilizando para ello aquella apetecible y poco 
                  corriente elasticidad o flexibilidad mental que permita damos 
                  cuenta de todas y cada una de las reacciones psicológicas de 
                  nuestro ser al condicionamiento ambiental y establecer así una 
                  correcta evaluación de nuestras facultades y posibilidades de 
                  acción para determinar finalmente el camino más conveniente a 
                  seguir. Me pregunto ahora tras esta afirmación si admitirían 
                  ustedes como correcta la idea de que “este más conveniente 
                  camino a seguir”, nacido de nuestra profunda capacidad de 
                  investigación, es precisamente el Camino que señala nuestro 
                  RAYO espiritual, aquel que condiciona nuestras más elevadas 
                  aspiraciones y matiza profundamente nuestra vida de ansias 
                  supremas de libertad.
 Ustedes objetarán seguramente que hay una infinita libertad de 
                  elección en lo que respecta a “caminos a seguir” y que debido 
                  a esta eximia libertad, totalmente incondicionable en sí 
                  misma, nos resultará sumamente fácil establecer caminos y 
                  crear metas y destinos, aunque no estén de acuerdo con las 
                  orientaciones de nuestro RAYO espiritual. Esta es una verdad 
                  lógica e incuestionable y es debido precisamente a la manera 
                  ligera e impremeditada que establecemos caminos internos que 
                  nos alejamos de nuestro verdadero RAYO espiritual y llenamos 
                  nuestra vida de tensiones, de conflictos y de temores. . . Es 
                  por tal motivo, para evitar tales inconvenientes, que se 
                  impone como lógica la idea de los RAYOS ya que su conocimiento 
                  y estudio matizará nuestra vida de realidades psicológicas 
                  profundas y no de vanos estímulos en el orden intelectual.
 
 Otra interrogante que asaltará la mente de ustedes será sin 
                  duda la de cuál ha de ser entonces la orientación justa que 
                  debe encauzar todos nuestros esfuerzos. Yo les diría en primer 
                  lugar que no se trata de realizar grandes esfuerzos ni de 
                  someterse a agotadoras disciplinas, tal como ocurre cuando se 
                  trata de practicar determinados ejercicios de Yoga o algún 
                  especial delineamiento meditativo. Toda la actividad 
                  individual deberá circunscribirse a la facultad de ATENCIÓN, 
                  perseverantemente sostenida hacia todos los acontecimientos 
                  temporales que constantemente se producen y también hacia 
                  aquellos fúlgidos destellos espirituales que surgen de la Vida 
                  interior. Ustedes quizás le llamarán a esta actitud “una nueva 
                  disciplina”, pero yo prefiero llamarla “la norma natural de 
                  vida”, una norma serena que está de acuerdo con la ley natural 
                  ya que la Vida, en toda su infinita profundidad, es un 
                  resultado de la ATENCIÓN suprema del Creador y de Su 
                  inquebrantable Voluntad de SER y de REALIZAR. Siendo así, la 
                  respuesta psicológica del hombre a los tremendos y continuados 
                  impactos de la Vida sobre su ser es vivir atentamente, 
                  serenamente apercibido de cada una de las oportunidades que 
                  esta Vida trascendente le presenta en cada uno de los momentos 
                  de la existencia cotidiana, de acuerdo con las impresiones 
                  espirituales de nuestra vida de RAYO.
 
 Hemos conversado bastante acerca de los RAYOS e incluso nos 
                  introdujimos en el Misterio infinito de sus elevadas 
                  genealogías cósmicas, Ahora deberíamos ampliar este 
                  conocimiento tratando de comprender el sentido psicológico que 
                  más acusadamente marca nuestra existencia y tratar de hallarle 
                  una nueva y más adecuada dirección a nuestras energías, tanto 
                  en lo que respecta a nuestras actitudes cotidianas como a 
                  nuestras actividades psicológicas más profundas. Una de las 
                  formulaciones mágicas, esotéricamente más útiles pese a su 
                  aparente sencillez y muy fácil de poner en práctica, es ésta 
                  que tengo el gusto de transcribirles: “NO YO, PADRE, SINO TU 
                  EN MI”. Si ustedes analizan esta frase verán que está 
                  compuesta de Siete palabras, cada una de las cuales con su 
                  propio significado de RAYO. No es al azar que fueron 
                  confeccionadas o conjuntadas por los grandes RISHIS del pasado 
                  y seguidas reverentemente por los verdaderos conocedores 
                  místicos de todas las religiones, aunque cambiando el orden de 
                  las palabras según necesidades del lenguaje. En realidad estas 
                  palabras mágicas son la réplica humana al gran Mántram divino 
                  “¡HÁGASE LA LUZ!”, correspondiente al AUM, el sonido místico 
                  de las grandes tradiciones orientales, tal como vimos en 
                  nuestra conversación acerca del sentido universal de la Magia, 
                  y de acuerdo con el significado esotérico de “¡HAGASE, SEÑOR, 
                  TU VOLUNTAD!”, que es la respuesta de la Naturaleza a la 
                  Voluntad del Logos
 Creador.
 
 La afirmación absoluta de la fe en la Divinidad trascendente 
                  arrancando de lo íntimo del yo psicológico, y los esfuerzos 
                  realizados desde el centro de éste buscando las Fuentes 
                  originales de su procedencia cósmica es lo que técnicamente 
                  llamamos evolución. Y de ahí, de este punto, surgirá de nuevo 
                  una penosa interrogante... ¿Qué hay que hacer entonces para 
                  hallar el camino de los trascendentales impulsos que han de 
                  liberarnos de las tensiones, inquietudes y problemas a que 
                  está sujeto nuestro yo inmanente? ¿Cómo trazar el camino de 
                  Luz, el puente luminoso de “arco iris” o el antakarana que ha 
                  de unir las dos grandes orillas que separan la existencia 
                  material de la trascendente vida espiritual?
 
 EL SENDERO DE RAYO
 
 Sólo hay un noble y definido Sendero espiritual en el devenir 
                  de nuestro destino kármico de acuerdo con nuestras 
                  posibilidades humanas y con la hora cósmica que estamos 
                  viviendo. Como siempre, y como síntesis de una infinita cadena 
                  de muchos y agotadores esfuerzos que jalonaron la vida de los 
                  grandes discípulos de todos los tiempos, se halla la tremenda 
                  afirmación de BUDDHA para todos los seres humanos ansiosos de 
                  redención y liberación: “EL HOMBRE PERFECTO VENCE SIN LUCHAR”. 
                  Entonces... ¿Por qué luchar sí realmente queremos ser 
                  perfectos, si aspiramos a la liberación y queremos fundir 
                  nuestra vida con la Vida de nuestro Señor de Rayo?
 
 Dejar de luchar constituye, sin embargo, la más tremenda 
                  dificultad humana que desde el principio de los tiempos ha 
                  vivido, ha crecido y se ha desarrollado psicológicamente por 
                  medio de increíbles periodos de luchas y de dificultades. Y es 
                  debido a esta infinita secuela de esfuerzos, de luchas y de 
                  sacrificios, cristalizados en su mente y en su corazón, que se 
                  impone una nueva era de distensión, de armonía y de 
                  equilibrio. El conocimiento de los RAYOS nos ofrecerá 
                  indudablemente un poderoso estímulo en nuestras aspiraciones 
                  espirituales de liberación, pero esta liberación que en cada 
                  ser humano ha de realizarse por fusión de su inmanente vida 
                  individual con la inmaculada Vida de un Esplendente y 
                  Trascendente Señor de RAYO, solamente podrá producirse cuando 
                  dejemos todo cuanto somos y todas nuestras conquistas humanas 
                  en los niveles físico, emocional y mental en manos del Señor 
                  de RAYO que rige cada una de nuestras características 
                  psicológicas, es decir, vivir supremamente atentos y 
                  expectantes al devenir de nuestra vida y dejar progresivamente 
                  que EL nos tome en Sus manos y vaya acercándonos a Su infinito 
                  Corazón por motivos místicos de semejanza... La fórmula 
                  mantrámica es, tal como anteriormente señalamos, “NO YO, 
                  PADRE, SINO TU EN MI”. Por el solo hecho de vivir 
                  profundamente apercibidos al devenir de los hechos y 
                  circunstancias que configuran nuestro destino, iremos siendo 
                  cada vez más conscientes de que nuestra vida en su totalidad 
                  es un campo de expresión de los RAYOS y que nuestra serena 
                  sumisión, que no entraña debilidad sino el más potente 
                  dinamismo, es el verdadero Sendero de Resolución y de 
                  Cumplimiento, así como un fértil campo de servicio a través de 
                  las distintas cualidades o matices de los RAYOS.
 
 Consubstancialmente con esta necesidad de Conocimiento propio 
                  y del desarrollo progresivo de las grandes cualidades que 
                  adornan la vida humana por efecto de sus RAYOS condicionantes, 
                  veremos surgir de lo profundo de cada ser una u otra de las 
                  dos grandes líneas de acercamiento espiritual, la ocultista y 
                  la mística, es decir, la de tipo mental y la de 
                  características emocionales. El singular predominio de una u 
                  otra de estas dos grandes tendencias de RAYO constituye el 
                  tipo psicológico del ser humano y cuando en procesos 
                  superiores de vida ambas líneas se armonizan y equilibran y 
                  finalmente se unifican, aparece una nueva individualidad 
                  humana en la vida de la sociedad, la del ser andrógino, el 
                  cual habrá alcanzado la síntesis de su poder creador porque su 
                  mente y su corazón plenamente integrados y armonizados 
                  alcanzaron la perfecta inteligencia, no contaminada por 
                  síntoma ninguno de separatividad humana.
 
 Ahora bien, tal como acabamos de decir, cada uno de nosotros 
                  actuamos preferentemente en alguno de ambos aspectos 
                  espirituales de RAYO, el ocultista o mental y el místico, o 
                  emocional. Sin que nos esforcemos en evidenciarlo, dichas 
                  tendencias nos marcan o definen. Podríamos decir que su 
                  perfume nos delata como se delata la flor. No hay que crear 
                  pues una nueva secuela de esfuerzos que nos cualifique o 
                  distinga, ya que esta contingencia se halla previamente 
                  programada dentro de nuestro ser y constituye el sello que 
                  marca o distingue nuestra personalidad psicológica y cada una 
                  de nuestras reacciones al desafío de los hechos. Entonces... 
                  ¿qué pretendemos con nuestro estudio de los RAYOS? Pues, 
                  simplemente, investigar, estar atentos, hacer lo que hace 
                  nuestra Alma espiritual, la Cual sabiendo que esencialmente es 
                  eternidad no desperdicia un solo segundo de Su vida. Ese 
                  constante y persistente investigar irá acercándonos 
                  progresivamente al creador a través de la línea luminosa 
                  señalada por nuestro Señor de RAYO. Vale la pena vivir 
                  atentos, plenamente apercibidos de los infinitos móviles de la 
                  Divinidad con respecto a nosotros.
 
 De los SIETE RAYOS, cuyas características o cualidades 
                  estudiamos en nuestra primera conversación, Cuatro pertenecen 
                  a la gran línea de acercamiento mental: el primero de VOLUNTAD 
                  DINÁMICA, el tercero de ACTIVIDAD INTELIGENTE, el quinto de 
                  CIENCIA o INVESTIGACIÓN CONCRETA y el séptimo de REALIZACIÓN, 
                  CUMPLIMIENTO y MAGIA ORGANIZADA. Los otros tres RAYOS 
                  corresponden a la gran línea de acercamiento emocional: el 
                  segundo de AMOR INCLUYENTE el cuarto de ARTE, ARMONÍA Y 
                  BELLEZA y el sexto de DEVOCIÓN INFINITA A UN IDEAL.
 
 Sin embargo, considerados en su conjunto, cada uno de los 
                  SIETE RAYOS es imprescindiblemente necesario y esencial para 
                  el pleno desarrollo de la Vida del Universo. Cada uno de 
                  nosotros, sea cual sea su tipo particular de RAYO, ha de 
                  contribuir por tanto con la adición particular y consciente de 
                  su vida a la evolución y perfección de este SÉPTUPLE Cuerpo de 
                  manifestación que es nuestro planeta Tierra y en una esfera 
                  más elevada a la del Universo “en donde nuestro mundo vive, se 
                  mueve y tiene el ser”.
 
 Será importante pues que nos demos cuenta por medio de 
                  nuestras reacciones psicológicas ante los constantes retos de 
                  la vida si somos mentales o emocionales para situarnos en 
                  conciencia en la Luz de nuestro RAYO espiritual. Hay que 
                  profundizar también en todos y cada uno de los aspectos 
                  subsidiarios de este RAYO, los cuales vienen suministrados por 
                  las tendencias dé nuestra personalidad, o por las capacidades 
                  o predisposiciones que demuestre activamente en su vida de 
                  relación la cual es, en definitiva, la que nos permite 
                  reconocer las energías por medio de las cuales realizamos 
                  nuestra particular evolución. No olvidemos cuanto hemos 
                  aprendido a través de nuestros estudios esotéricos en el 
                  sentido de que los RAYOS llamados subsidiarios son en realidad 
                  Subrayos del RAYO espiritual o Monádico el cual está 
                  directamente conectado con un determinado Logos planetario.
 
 Tales son los RAYOS que influyen en nuestra vida, interna y 
                  externa:
 
 a. Un RAYO MONÁDICO, o divino, con el cual no podemos 
                  establecer contacto todavía debido a nuestra escasa y limitada 
                  evolución interna.
 
 b. Un RAYO cualificador de las nobles tendencias de nuestra 
                  vida espiritual o del ALMA, que es nuestro verdadero ser, 
                  nuestro verdadero Yo.
 
 c. Un RAYO cualificador de nuestras tendencias mentales.
 
 d. Un RAYO cualificador de nuestras características 
                  emocionales.
 
 e. Un RAYO que determina la expresión de nuestro cuerpo 
                  físico.
 
 f. Un RAYO coordinador que trata de integrar los tres RAYOS, 
                  de la mente, del cuerpo emocional y del cuerpo físico, 
                  constituyentes de nuestra personalidad psicológica conocida.
 
 LOS RAYOS Y LA MAGIA LIBERADORA
 
 Se trata, como verán, de un conjunto de SEIS RAYOS que 
                  condicionan nuestra vida como seres humanos dentro de los 
                  dilatados confines del Cuarto Reino de la Naturaleza. En 
                  gloriosas etapas futuras, cuando una impresionante serie de 
                  manvántaras hayan cumplido su obra en el tiempo y nos hayamos 
                  convertido en Dioses inmortales utilizaremos la totalidad de 
                  los RAYOS, puesto que seremos conscientes del RAYO DIVINO que 
                  se manifiesta por medio del Señor del Universo en el Plano 
                  ÁDICO.
 
 Acabamos de penetrar en una faceta de nuestros estudios 
                  directamente relacionada con nuestra vida psicológica y 
                  también con nuestras futuras posibilidades de acción 
                  universal, cuando la vida de Dios rebasando los estrechos 
                  límites de nuestros pequeños cauces humanos nos permita 
                  entrever las gloriosas etapas correspondientes a la vida de 
                  los Logos planetarios los cuales, desde el ángulo de la 
                  analogía, pueden ser considerados como Entidades Psicológicas 
                  a igual que nosotros, aunque en unas proporciones y medidas 
                  que escapan por completo a las más elevadas concepciones 
                  mentales. Nos hemos introducido también en el sentido de las 
                  cualidades de los Rayos considerándolos los factores 
                  esenciales de nuestra experiencia personal, psicológica y 
                  espiritual, es decir, los promotores del campo de la evolución 
                  y teniendo presente, tal como se nos ha enseñado en nuestros 
                  estudios esotéricos, que la cualidad de un Rayo le muestra al 
                  aspirante espiritual el camino que debe seguir. Así, de esta 
                  manera, el principio y el fin, el Sendero y la Meta, el Alfa y 
                  el Omega de todas las cosas deben ser de la misma naturaleza y 
                  de idéntica substancia y cuanto hagamos en nuestra vida que 
                  tenga un carácter correcto estará estrechamente vinculado con 
                  nuestras verdaderas tendencias de Rayo. Ya no se trata pues de 
                  averiguar en forma intelectual, detallada y concreta la fuente 
                  cósmica de nuestra línea espiritual de Rayo, sino de dejarnos 
                  guiar serenamente por sus impulsos intuitivos mediante una 
                  gran plasticidad mental y equilibrio emocional, desarrollando 
                  una sensibilidad cada vez más exquisita. Comprenderemos así, 
                  definitivamente, ya que empezamos a movernos por zonas cada 
                  vez más profundas de realidad espiritual que dejarnos moldear 
                  por nuestra íntima particularidad de Rayo es mucho mejor que 
                  tratar de concretarlo mentalmente como una disciplina de 
                  nuestra conducta. Es la diferencia que existe entre el SER y 
                  el EXISTIR, entre el SABER y el CONOCER, entre la eterna 
                  SABIDURÍA de la Vida y los meros conocimientos
 intelectuales.
 
 LOS RAYOS Y EL SENDERO INICIÁTICO
 
 Nuestro estudio de los RAYOS podrá tener una gran importancia, 
                  no por el goce efímero del intelectual conocimiento, sino por 
                  el espíritu de vivencia o de Síntesis que su estímulo 
                  desarrollará en nosotros, ya que nos permitirá crear 
                  consciente y deliberadamente la línea luminosa del Antakarana 
                  que debe llevarnos progresivamente a la Iniciación. 
                  Esotéricamente sabemos que el Antakarana que se extiende de la 
                  mente inferior o concreta del investigador espiritual a su 
                  Mente superior es técnicamente “la Línea de Rayo” que debe 
                  consumar su vida en el océano infinito de la Liberación. 
                  Sabemos también, ocultamente, que la Liberación es la 
                  consumación de nuestra vida en la Vida de nuestro Señor de 
                  Rayo, es decir, del Logos planetario que en la evolución del 
                  Universo es la expresión o personificación de aquel Rayo.
 
 Me preguntarán ustedes por qué me refiero aquí a la 
                  Iniciación. Estoy tratando simplemente de seguir el trazado 
                  esotérico que nos señala la analogía y de acuerdo a cuanto 
                  hemos tratado durante el curso de nuestras anteriores 
                  conversaciones, buscando siempre sus lógicos paralelismos. 
                  Intento, como siempre, relacionar el principio y el fin, el 
                  Sendero y la Meta de acuerdo con nuestro estudio de los Rayos 
                  y de acuerdo también con cuanto tenga relación con el ser 
                  humano y con las aspiraciones internas que le cualifican o 
                  ubican en un definido peldaño de la inconmensurable “Escalera 
                  de Jacob” por donde suben y bajan las almas de los hombres, 
                  buscando unas la experiencia en los tres mundos del esfuerzo 
                  humano y otras la Liberación o perfección del ser. Lo 
                  realmente intolerable en la vida psicológica del alma es 
                  “permanecer estacionaria”, cómodamente replegada en las 
                  sinuosidades de la vida fácil y del placer efímero, pues esto 
                  aparta inevitablemente de la línea segura del Rayo inmortal de 
                  nuestra vida. En nuestra investigación esotérica de la verdad 
                  nuestra mente y corazón deben estar en un constante 
                  “movimiento de traslación”, siguiendo y persiguiendo 
                  incansablemente las actitudes mentales y los aspectos 
                  emocionales para evitar el fenómeno de cristalización que 
                  paralizaría el fluir de nuestras más nobles determinaciones. 
                  Este movimiento deberá llegar a ser un día tan 
                  extraordinariamente rápido que nos causará la impresión de un 
                  total reposo.; de una quietud perfecta. Es a esta actitud de 
                  “sereno reposo” o “total impasibilidad” a la que se refiere 
                  precisamente el Señor BUDDHA cuando nos aconseja “dejar de 
                  luchar”, dejar de apegarnos al fruto de nuestras acciones. 
                  Este es evidentemente el Sendero que todos deberemos hollar 
                  antes de ser completamente “absorbidos” por las poderosísimas 
                  cualidades magnéticas de nuestro Señor de Rayo. Podríamos 
                  relacionar estas últimas palabras con cuanto dijimos en 
                  conversaciones anteriores acerca de la Magia creadora de la 
                  Divinidad a través de la existencia psicológica del ser 
                  humano, debiendo recordar como buenos investigadores 
                  esotéricos que la verdadera Magia sólo puede efectuarse dentro 
                  de la línea mística de los Rayos que nos cualifican y 
                  dignifican y que la actitud inteligente dentro de una línea 
                  natural de Rayo depara siempre una orientación clara y 
                  definida hacia determinado campo de servicio creador, pues, 
                  ¿acaso podemos separar el descubrimiento del Rayo espiritual 
                  de nuestra vida de la visión del inevitable campo de servicio? 
                  Evidentemente no y ahora trataremos de averiguarlo teniendo en 
                  cuenta la triple analogía RAYO, MAGIA y SERVICIO que en su 
                  conjunto y plenamente identificados constituyen el gran 
                  Triángulo de la Liberación:
 
                    
                      
                        | RAYO | MAGIA | SERVICIO |  
                        | 1º | Voluntad | El gobierno, La Política mundial. La Diplomacia |  
                        | 2º | Amor | La Religión. La Educación Espiritual. EL Sentido 
                        Altruismo |  
                        | 3º | Inteligencia | La Filosofía. La Educación Mental. LA Actividad Creadora en 
                        todos los campos Sociales del Mundo |  
                        | 4º | Belleza  y Armonía
 | El Arte Creador en todas sus manifestaciones. EL sentido 
                        de la Ética |  
                        | 5º | Ciencia | La Investigación Concreta. El Orden Científico aplicado 
                        en toda actividad mental |  
                        | 6º | Devoción | El Cultivo de Grandes Ideales y la Aspiración Superior |  
                        | 7º | Cumplimiento | La Realización de todas las ideas consideradas como 
                        correctas. La Aplicación de la Magia de la Acción para 
                        crear un Nuevo Orden Social. La Perfecta Organización de 
                        las Formas |  
                  El examen atento de esta triple relación de RAYO, MAGIA y 
                  SERVICIO dentro de la septenaria expresión de nuestra vida 
                  podrá ayudamos a comprender la naturaleza del Rayo que más 
                  preferentemente controla las actividades superiores de nuestra 
                  existencia dentro del particular destino kármico de servicio. 
                  Ahora, a partir de la presente tabulación deberemos observar 
                  muy profunda y desapasionadamente nuestras particulares 
                  tendencias psicológicas y determinar conscientemente cuál es 
                  el Rayo que más potentemente condiciona nuestra vida para 
                  iniciar así el ciclo fecundo de una nueva orientación 
                  individual y social.
 
 Pregunta: Sólo como un simple dato orientador dentro de 
                  este tema inmenso de los SIETE RAYOS ¿Ha logrado usted 
                  determinar dentro de sí la actividad de alguno de los Rayos 
                  que estamos considerando?
 
 Respuesta: Se trata de una pregunta muy personal y 
                  quizás podría contestarle muy afirmativamente, pero mis 
                  afirmaciones jamás podrían ser comprobadas por usted, lo cual 
                  hace que mis respuestas al respecto carezcan de verdadera 
                  importancia. A mí me parece que lo realmente interesante, de 
                  acuerdo con la idea contenida en la pregunta, sería que cada 
                  cual investigara individualmente los motivos esenciales que 
                  guían su vida, es decir, la orientación de sus propósitos, de 
                  sus ideales o de sus sueños, así como el centro de confluencia 
                  de todas sus actitudes psicológicas y actividades prácticas, 
                  para ir determinando progresivamente la singularidad de los 
                  Rayos que intervienen mayormente en estas aplicaciones de sus 
                  particulares dinamismos. Asistiríamos de esta manera a la 
                  estructuración de una nueva serie de motivaciones personales y 
                  al nacimiento de otro tipo de resoluciones en el devenir de la 
                  existencia que actualmente y pese a nuestros sinceros 
                  propósitos somos incapaces de precisar ni detallar. La línea 
                  efectiva de un Rayo, la creación del verdadero Sendero de vida 
                  sólo surgen como resultado de una serie ininterrumpida de 
                  atentas y profundas observaciones de todo cuanto nos rodea, de 
                  todo suceso que se produzca dentro y fuera de nosotros y de 
                  nuestras reacciones psicológicas a este incesante cúmulo de 
                  circunstancias. Todo ello se mueve, como podrán ustedes 
                  observar, dentro del marco tradicional de lo que llamamos 
                  “contactos sociales”, siendo la vida espiritual el 
                  establecimiento consciente dentro de este mundo de relaciones 
                  de un anclaje perfecto de las actividades superiores del alma 
                  o Yo superior, es decir, de lo que anteriormente describimos 
                  como “Sendero místico del Antakarana”. La atención con que 
                  vayan siendo seguidas estas conversaciones acerca de los 
                  Rayos, el creciente interés por su estudio y la incansable 
                  observación de los hechos internos y externos que vayan siendo 
                  contactados posibilitarán para cada uno creación de la propia 
                  línea de Rayo, la seguridad de la Meta y el Camino que a ella 
                  conduce.
 
 Pregunta: Según usted Camino y Cumplimiento, Sendero y 
                  Meta son consubstanciales y constituyen lo que usted denomina 
                  “Línea de Rayo”. Ahora bien, según se desprende de sus 
                  comentarios, esta identidad de principios y de fines en orden 
                  a la búsqueda de la Liberación o realización espiritual está 
                  muy directamente relacionada con lo que KRISHNAMURTI define 
                  como “Realización de la Vida” en el individuo. ¿Hay, según 
                  usted, una cierta relación entre el Mensaje de KRISHNAMURTI y 
                  el estudio de los Rayos?
 
 Respuesta: Yo diría que todo verdadero Mensaje 
                  espiritual debe estar forzosamente relacionado con la 
                  actividad de los Rayos y no con el mero estudio de los mismos, 
                  ya que existe solamente una Verdad y una sola Vida en el 
                  Universo. Todo en la Naturaleza es un Canto al Creador y la 
                  respuesta a la vida dentro del corazón individual determina lo 
                  que podríamos definir como “sutilidad de un canto”. A mi 
                  entender, el Canto de KRISHNAMURTI es extremadamente sutil y 
                  escapa a la penetración mental de la mayoría de las personas 
                  que leen y estudian Su Mensaje. La mayoría de sus seguidores, 
                  desoyendo la sutilidad del Canto, cierran sus oídos a lo que 
                  constituye el Centro del Mensaje de KRISHANMURTI, es decir, la 
                  profunda observación de los hechos, el atento y detenido 
                  examen de lo que ocurre dentro y fuera de sí para ir llegando 
                  progresivamente a lo que El define como “plenitud de la 
                  experiencia”. Las reacciones psicológicas a los hechos son el 
                  material que hay que utilizar para determinar nuestro grado de 
                  adaptación a la vida, o sea, el grado de experiencia que 
                  podemos entresacar de los hechos. Sin que lo diga y sin que 
                  siquiera lo insinúe nos está señalando KRISHNAMURTI el camino 
                  que conduce a la comprensión del Rayo espiritual de nuestra 
                  vida. ¿A qué se refiere, sino, cuando habla del “cultivo de la 
                  propia singularidad”? ¿Y qué es esta “propia singularidad” 
                  sino el descubrimiento de la propia línea de Rayo? Deberemos 
                  profundizar todavía mucho en el Mensaje de KRISNAMURTI y 
                  comprender que es un tremendo desafío a la mente 
                  intelectualizada de nuestro mundo, especialmente de nosotros, 
                  los occidentales, que tratamos de descubrirlo todo a base de 
                  conocimientos y de informaciones concretas, pero ausentes la 
                  mayoría de las veces de interés por las cosas verdaderamente 
                  espirituales. El estudio de los Rayos ha de ser seguido con 
                  interés atento y sostenido, con mente abierta y corazón libre. 
                  Sólo así, y tal como dice frecuentemente KRISHNAMURTI, será 
                  posible descubrir la Verdad, la Verdad en uno y la Verdad en 
                  la Naturaleza, es decir, la propia singularidad dentro de una 
                  línea definida de Rayo y la comprensión de la multiplicidad de 
                  Rayos que, en su conjunto, constituyen la Humanidad, esta 
                  organización social de la cual el hombre es una humilde aunque 
                  muy importante pieza.
 
 Pregunta: Soy un escéptico con respecto a muchos 
                  aspectos de la vida espiritual. Estoy mayormente interesado en 
                  el desarrollo de la vida social. En un mundo como el actual, 
                  azotado por tantos problemas y dificultades debe pensarse 
                  fundamentalmente en términos de sociedad humana, visto el 
                  espantoso desequilibrio que existe entre los varios niveles 
                  expresivos dentro de esta sociedad. Así que yo le pregunto a 
                  usted, ¿cree sinceramente que la redención social puede ser 
                  alcanzada por medio del estudio de los Rayos?
 
 Respuesta: Hasta aquí he hablado sólo y exclusivamente 
                  en términos de redención individual por entender que a menos 
                  que el individuo no se libere de sus propios condicionamientos 
                  es utópico hablar de redención social. La humanidad es un 
                  conjunto de individuos tratando cada cual, a su manera, 
                  redimir su contenido individual, afectado por el proceso 
                  cualificador de la historia; por el pasado, con sus 
                  tradiciones, herencia cultural, código genético, etc.; por el 
                  presente, con el eterno conflicto entre lo justo y lo injusto, 
                  entre lo que usted define como “desequilibrio social” y las 
                  ansias supremas de libertad, equidad y justicia y por el temor 
                  al futuro, cuyas perspectivas no pueden ser muy esperanzadoras 
                  viendo las dificultades del presente. Urge, evidentemente, la 
                  búsqueda de una solución y ésta, como es natural, no puede 
                  venir condicionada por el peso de la tradición, por el 
                  colorido específico de una herencia cultural a todas luces 
                  insuficiente y por un enfoque social basado únicamente en el 
                  espíritu de competencia y las ansias irresistibles de poder 
                  individual. Debe fundamentarse lógicamente en la comprensión, 
                  como seres humanos psicológicamente organizados, de cómo vivir 
                  en forma realmente social dentro de una comunidad libre de 
                  tensiones, de luchas y de antagonismos.
 
 Se impone necesariamente el descubrimiento de la propia 
                  singularidad individual, teniendo en cuenta que todo ser 
                  humano tiende por su propio y natural impulso y dentro de unas 
                  líneas de aproximación y de contacto a la vida realmente 
                  social. Se impone, repito, el conocimiento propio como 
                  solución única al tremendo problema de la vida humana, pues 
                  toda individualidad que no posea un claro sentido de sus 
                  valores psicológicos y de sus capacidades de acción social, 
                  será siempre un peso muerto dentro del proceso altamente 
                  social de la existencia. Importa muy poco en verdad que la 
                  realidad de los Rayos sea o no aceptada como un vínculo 
                  individual dentro del complejo orden social de la humanidad, 
                  lo que interesa fundamentalmente es que todos los individuos 
                  se sientan interesados por la vida social o por la comunidad 
                  de la cual forman parte. Y no puede alcanzarse esta conciencia 
                  social si no existe una gran comprensión individual. Si existe 
                  tal profundo interés, el conocimiento propio, el 
                  descubrimiento de la propia identidad espiritual y el cultivo 
                  de la íntima singularidad marcarán un nuevo camino, más rápido 
                  y más seguro en orden al establecimiento de un nuevo orden 
                  social. Quizás no se hable entonces de Rayos, de Planos, de 
                  Arcángeles ni de Adeptos, pero la atención sostenida hacia el 
                  proceso social en marcha y el profundísimo interés por 
                  descubrir las causas verdaderas del conflicto social habrán 
                  definido claramente en la mente y el corazón de las personas 
                  aquella verdad, aquel camino y aquella vida que es 
                  esencialmente la propia línea de Rayo.
 
 Pregunta: Ha aclarado usted mucho mi visión acerca de 
                  los SIETE RAYOS cuyo estudio consideraba sólo como un 
                  patrimonio exclusivo de ciertas almas selectas. Veo ahora que 
                  se trata de un estudio de elevado cumplimiento espiritual y 
                  creo sería muy interesante que tal estudio fuese impartido en 
                  las Escuelas constituyendo una de las asignaturas principales 
                  para el desarrollo psicológico de los estudiantes..., ¿ qué 
                  opina usted?
 
 Respuesta: Siguiendo la presión incontenible de los 
                  tiempos, irresistiblemente impelidos hacia adelante por el 
                  tremendo impulso generado por esta Era cíclica que estamos 
                  viviendo, temas de elevado estudio espiritual tales como la 
                  constitución septenaria del Universo, de la Jerarquía 
                  espiritual del Planeta o de los Siete Rayos, deberán 
                  constituir lógicamente ASIGNATURAS corrientes para uso en 
                  Escuelas Superiores y Universidades como temas obligados para 
                  la formación psicológica de los estudiantes. Ideas que en el 
                  pasado constituían poco menos que “secretos iniciáticos” se 
                  irán introduciendo lenta aunque inexorablemente en la 
                  conciencia del más humilde educando. De la misma manera, 
                  conocimientos esotéricos del más elevado acervo, tales como la 
                  Alquimia, la Astrología, el Yoga y la Meditación Oculta 
                  entrarán en el campo definido de la Educación moderna, 
                  marcando una nueva etapa y una nueva orientación para las 
                  mentes y los corazones de los hombres.
 
 Pregunta: Puede cualquier persona, un ateo por ejemplo, 
                  seguir el estudio de los Rayos y llegar a través del mismo a 
                  la convicción de que existe una Realidad más grande, o un Dios 
                  creador en la Naturaleza?
 
 Respuesta: La mera creencia en esta realidad más 
                  grande, en este Dios creador de la Naturaleza, no nos hará 
                  mejores de lo que somos actualmente, seamos creyentes o seamos 
                  ateos. Vea, sino, la historia religiosa de la humanidad con su 
                  interminable secuela de odios, persecuciones y espantosas 
                  crueldades... Y todo ello en nombre de un DIOS que cada 
                  religión presenta a su manera, es decir, a “su propia imagen y 
                  semejanza”, aunque ausente siempre de caridad, de amor y de 
                  compasión. Nuestro estudio de los Rayos tiende mayormente al 
                  conocimiento propio, a la comprensión clara y terminante de 
                  las íntimas características individuales y a la orientación de 
                  nuestro particular campo de servicio... Se trata, por tanto, 
                  de un tratado de reorientación psicológica. De manera que si 
                  un hombre ama intensamente a sus hermanos es porque ha 
                  descubierto dentro de sí las Fuentes de Verdad que surgen de 
                  su propio Ser espiritual, de su DIOS interno o, si usted lo 
                  prefiere, de Su íntimo e indescriptible Señor de Rayo. Cuando 
                  hablamos de Dios, del Creador, de la Voluntad Divina.. .etc., 
                  estamos dando nombre a algo que evidentemente desconocemos ya 
                  que nuestra manera de ser y de comportarnos socialmente 
                  demuestra solamente deseos, egoísmos, esperanzas y temores, es 
                  decir, una completa falta de confianza en la Vida, en la 
                  Verdad o en este Ser a quien tan constantemente invocamos, 
                  bajo el nombre de Dios. Así, pues … ¿de qué sirven las 
                  creencias en la Divinidad si existe todavía tanto odio en el 
                  corazón y tanta separatividad humana? Bien, hay que considerar 
                  al hombre en sí, sin extraños particularismos, aparte por 
                  completo de sus creencias y de sus motivaciones. A este hombre 
                  genuinamente libre o a este otro que usted denomina ateo, el 
                  estudio de los Rayos quizás podría depararles el asidero 
                  mágico de la verdadera fe, aquella fe que transporta las 
                  montañas y que tan lejos se halla de las presentaciones 
                  religiosas del mundo y de tantas y tantas contradicciones 
                  existentes... amparadas bajo el nombre de Dios.
 
 
            
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